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martes, 1 de abril de 2014

“América Latina pesa en el mundo” dice economista jefe del BID Juan José Ruiz

La recuperación de las economías más avanzadas ofrece a Latinoamérica oportunidades de un mayor comercio según el BID. 

Pero también riesgos por una menor entrada de capitales y un encarecimiento del crédito, a lo que hay que sumar los efectos de la desaceleración de la economía China, según el BID.

América Latina, a diferencia de las crisis de las décadas de 1980 y 1990, también está ahora más preparada económicamente, declaró el economista jefe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), José Juan Ruiz, en una entrevista durante la Asamblea Anual del organismo que se celebra en el balneario brasileño de Costa do Sauípe.

“No sólo importa el ‘shock’ sino la capacidad de respuesta que cada uno de los países pueda tener, y América Latina está mucho mejor preparada para este ‘shock’ monetario que lo estuvo en los 90 o en los 80″, aseguró el experto.

Ruiz señaló una previsión de crecimiento económico de Latinoamérica este año de “entorno al 3 %”, “probablemente al 3,2 o 3,3 %” en 2015 y hasta 2018, el “continente podría crecer al 3,5 %”.

“El crecimiento se está acelerando en el mundo y esto tiene ventajas”, como un mayor comercio mundial, ya que este año se espera que las importaciones de los países desarrollados aumente en un 4,5 por ciento, después de que el año pasado aún se mantuvieron planas, lo que ofrece oportunidades a los países latinoamericanos.

Pero la “otra cara” del crecimiento de Estados Unidos es la paulatina desaparición de su “extraordinario estímulo monetario”, a lo que hay que sumar otro riesgo, “que no es menor, que es la desaceleración del crecimiento en China y el posible impacto que tendría sobre el precio de las materias primas”.

“Los países del norte (México y Centroamérica), más pegados a Estados Unidos, tendrían la posibilidad de crecer más, mientras que los que dependen del crecimiento de China, los del sur, que exportan minerales y materias primas, tenderían a crecer menos”, dijo.

Sobre la posibilidad de que Latinoamérica se vea arrastrada por el derrumbe de un país, como ocurrió en el pasado, José Juan Ruiz dijo que aunque el peligro de contagio siempre existe, las grandes economías tienen instrumentos que no tenían hace diez o veinte años.

“Tenemos 800.000 millones de dólares de reservas acumuladas, con países como Brasil por encima de los 300.000 millones”, y ahora hay otros mecanismos como la línea de crédito del FMI de 60.000 millones de dólares a México o de 20.000 millones a Colombia.

Además, algunas economías se han hecho tan grandes que “son sistémicas en la economía global”, por lo que “es muy poco probable que la comunidad internacional pudiera vivir con una gran economía latinoamericana en crisis permanente”, aseguró.

“América Latina pesa en el mundo” y una crisis como la de los años 80, que duró diez años, “no puede ser sistémica” expresó. 

El experto aseguró que también la situación macroeconómica de los países de la región ahora es muy diferente a la de situaciones de “shock” anteriores y, además, los cambios ahora son más predecibles.

Ruiz afirmó que si los riesgos se concretan, cada gobiernos “tendrá que mirar cuál es su arsenal de política económica”.

En otras crisis hubo salidas de capital de la región por los regímenes cambiarios “muy constreñidos” que obligaban a mantener una paridad, y la economía doméstica tenía que absorber íntegramente el shock, “pero ahora tenemos tipos de cambios flexibles en la mayoría de los países”, explicó.

También la inflación ahora es mucho más baja y, “lo que es más importante, bancos centrales que tienen credibilidad” y gobiernos con reglas fiscales que han conseguido bajar la deuda.

Respecto al posible efecto del cambio de ciclo en las grandes empresas, financieras y no financieras, de Latinoamérica que aumentaron en los últimos años su endeudamiento en dólares, el experto dijo tener una “preocupación moderada aunque, desde luego, no me desentendería de ese riesgo”.

Ahora hay mayor supervisión de los bancos centrales, que ha regulado esta exposición, que está cubierta del riesgo de devaluación, “que es el mayor riesgo que puede presentarse”, dijo.

Una de las debilidades que mencionó es el incremento del gasto público, que aumentó en la región un 52 por ciento de 2008 a 2013 y, “lo que es todavía más preocupante”, que una parte importante ha ido a partidas fijas, como subsidios o ampliación de salarios, que son difíciles de revertir.

“El porcentaje de gasto que se ha empleado en infraestructura, en generación de capital público, en realidad es de menos de un tercio del incremento del gasto público” total, declaró.

Fuente: Banca y Negocios.

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